Gestión activa vs gestión pasiva: el 87% de los fondos no superan a sus «benchmark»

Gestión activa vs gestión pasiva: el 87% de los fondos no superan a sus «benchmark» - FIO

Desde que John C. Bogle creó el primer fondo de inversión indexado en 1975, la industria financiera se ha debatido entre dos estrategias diferentes: la gestión activa, que busca batir al mercado buscando las mejores empresas y activos en los que invertir, y la gestión pasiva, que simplemente replica el comportamiento del mercado.

En estos últimos años, la gestión pasiva está consiguiendo cada vez más adeptos. Según The Passive Vs. Active Fund Monitor de PWL, a cierre de 2019 los fondos de gestión pasiva representaban el 39% del total en Estados Unidos. En 2010, solo el 20%. Un crecimiento de cuota de mercado del 100% en 10 años.

El éxito de la gestión pasiva se explica, entre otras muchas cosas, por un factor diferencial: según numerosos análisis y estudios, la mayoría de fondos de gestión activa no consiguen batir a sus índices de referencia (o benchmarks) de forma consistente a largo plazo.

Así lo expone, por ejemplo, el informe SPIVA, uno de los estudios más importantes sobre el desempeño de los gestores de fondos de inversión a nivel internacional.

Desempeño de la gestión activa y la gestión pasiva según el estudio SPIVA

SPIVA (acrónimo en inglés de S&P Indices Versus Active Funds) es un estudio semestral elaborado por S&P Dow Jones que compara la evolución de los fondos de gestión activa frente a los índices que les corresponden (benchmarks) en un horizonte temporal de 1, 3, 5 y 10 años.

Ofrece un informe bastante detallado de los fondos gestionados de manera activa en Australia, Canadá, Europa, India, Japón, Latinoamérica, Sudáfrica y Estados Unidos, para diferentes categorías de activos de renta variable y renta fija. Y, con algunas excepciones, las conclusiones son casi todos los años las mismas: la mayoría de los gestores de fondos activos no consiguen batir a sus índices de referencia de forma consistente en el tiempo.

Resultados de SPIVA en el segundo trimestre de 2020

2020 ha sido sin duda el año más atípico de nuestras vidas a causa de la pandemia. Sin embargo, en lo que se refiere a la comparación entre gestión activa y gestión pasiva, los resultados han sido similares a los de años anteriores.

Si tomamos el conjunto de fondos de inversión en Estados Unidos en diferentes horizontes temporales, el informe pone de manifiesto la dificultad de la gestión activa para superar a sus benchmarksespecialmente conforme aumenta el plazo. El porcentaje de fracaso de los fondos domésticos de gestión activa en Estados Unidos cuando se compara con el índice S&P Composite 1500 va desde el 67,40 % a 1 año hasta el 87,23 % a 15 años.

A nivel internacional, los resultados no son mucho mejores para la gestión activa. A 15 años, tan solo los fondos de pequeña capitalización pueden competir con los índices, aunque lejos todavía.

La renta fija tampoco corre buena suerte en la comparación. De hecho, se podría decir que los resultados son incluso peores que en el caso de la renta variable.

En general, la situación se repite en todas las áreas geográficas, para todos los sectores y para diferentes tipos de activo. De hecho, a 15 años no hay ninguna categoría donde al menos la mitad de los fondos consiga batir a sus índices.

¿Cuál es la mejor estrategia de inversión: la gestión activa o la gestión pasiva?

A pesar de que no es un debate nuevo, la dicotomía entre gestión activa y gestión pasiva sigue teniendo sus defensores y sus detractores. Atendiendo a los resultados, parece lógico pensar que el desempeño de la gestión pasiva es superior a la gestión activa, especialmente a largo plazo.

Sin embargo, no siempre tiene por qué ser así.

Por un lado, porque rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras. Es decir,  las conclusiones del actual estudio de SPIVA podrían no ser ciertas en el futuro. Pero es que, además, el propio estudio revela que también es posible encontrar buenos gestores que consigan batir al mercado a largo plazo.

Ahora bien, el esfuerzo necesario para encontrarlos no está al alcance de todos los inversores. Además, hay que tener en cuenta un factor adicional: las comisiones. Los fondos de gestión activa son, de media, más caros que los fondos de gestión pasiva, lo que tiene repercusión en la rentabilidad a largo plazo. Esto puede hacer que, una vez considerados todos los gastos, la rentabilidad de la gestión activa sea todavía inferior a la de un fondo que replique un índice, incluso aunque sus resultados brutos sean mejores.

Las ventajas de los fondos indexados

En esencia, los fondos indexados garantizan cuatro de las principales bases de toda buena inversión:

Comisiones gestión pasiva vs activa Bajos costes, ya que no es necesario un gestor dedicado a la selección de activos. Los fondos indexados simplemente replican la composición de los índices.
Diversificación gestión pasiva vs activa Diversificación, ya que la cartera del fondo se elabora de acuerdo a la composición del índice, y en su misma proporción. De hecho, algunos fondos indexados permiten invertir en todo el mundo.
Aportaciones periódicas Ideal para aportaciones periódicas y automáticas, pues los fondos indexados no suelen tener comisiones de suscripción ni reembolso.
Gestión pasiva largo plazo Enfocado en el largo plazo, lo que permite aprovechar mejor todo el potencial del interés compuesto, especialmente al reinvertir los dividendos dentro del fondo.

La gestión pasiva es una estrategia ideal para pequeños inversores que quieran invertir de manera constante y sin estar continuamente pendiente del mercado. Si consigues aislarte del ruido del mercado, controlar nuestros sesgos emocionales y aplicar este modelo a largo plazo, los resultados han sido históricamente buenos.

 

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