¿Cómo se miden los índices bursátiles?
Los índices bursátiles se utilizan como baremo de la bolsa y de la renta variable en general. Cuando se dice que la bolsa española sube o baja, en realidad se está haciendo referencia al comportamiento del Ibex 35, su índice más representativo.
Hay más de una forma de calcular un índice bursátil, pero la mayoría tienen en común dos elementos.
- El primero es que todos se miden en puntos, que dependen del precio de las acciones que componen el índice.
- El segundo es que todos cuentan con un punto de partida, una fecha de inicio.
El valor que se le da al índice puede ser la suma del valor de las acciones que lo componen, aunque lo más habitual es establecer un múltiplo de 100 porque así es más sencillo y transparente seguir su evolución en el tiempo.
A modo de ejemplo, el Ibex se calcula en base 3000. Es decir, que comenzó con un valor de 3000 puntos, pero igualmente podía haberlo hecho con 10.000 puntos. Por eso mismo, el hecho de tener más puntos no implica que un índice haya crecido más que otro. La clave está en el punto de partida de cada uno.
Lo que cuenta a la hora de medir el rendimiento de un índice bursátil es la evolución desde la base. En otras palabras, cuánto ha crecido o descendido. En este punto lo que sí influye es la forma de calcular el índice que se utilice.
Principalmente hay dos métodos para calcular un índice, teniendo en cuenta la capitalización bursátil de cada empresa o sin tenerla en cuenta. Es decir, ajustando el valor del índice al peso concreto de los valores o concediéndoles a todos el mismo valor.
Índices no ponderados (Price-Weighted Index)
Este tipo de índices también se denominan índice según el precio de las acciones. Se calculan como una media aritmética del precio de las acciones que componen el índice. Para ello suman el precio de los títulos que forman el índice y dividen el resultado entre el número total de empresas que lo forman.
Con esta forma de medir el índice, las acciones con un precio mayor influyen más en la evolución del índice, sin importar el tamaño real de la empresa o importancia en la economía del país.
Los índices no ponderados son minoría frente a los ponderados. Sin embargo, el Dow Jones Industrial Average, uno de los principales índices bursátiles del mundo y el más antiguo, funciona de esta forma.
En sus inicios en 1896 comenzó con 12 empresas y, para calcular su evolución, Charles Dow se limitaba a sumar la cotización de todas las acciones y dividirla entre 12. Esta estrategia inicial pronto se vio afectada por movimientos empresariales como fusiones y adquisiciones, así como el pago de dividendos por parte de las empresas o los splits, además del aumento progresivo del número de empresas hasta las 30 actuales.
La decisión de Dow fue ajustar el cálculo, de manera que hoy en día sigue sumando el precio de todas las acciones, pero no lo divide entre 30, sino entre 0,146.
Índices ponderados según la capitalización bursátil (Market Value-Weighted Index)
El segundo método más usado para medir índices bursátiles es hacerlo teniendo en cuenta la capitalización bursátil de sus empresas. Esto es lo que se conocen como índices ponderados.
Esta es la fórmula más extendida y la que usan índices como el S&P 500, el Ibex 35, el CAC 40, el FTSE 100 o los MSCI que invierten en todo el mundo, por ejemplo.
¿En qué se diferencian los índices ponderados por capitalización bursátil? Básicamente en que tienen en cuenta la importancia de cada empresa dentro del índice. Esta importancia o peso específico se mide a través de su valoración bursátil global, y no sólo del precio de la acción.
El Ibex 35 es el principal índice de la bolsa española. Está compuesto por las 35 empresas con mayor capitalización bursátil del mercado (de ahí que se denomine también “selectivo”). A la hora de calcular el valor del Ibex, cada compañía tiene un peso específico. Las empresas con más capitalización ponderan o “pesan más” en el índice, de manera que sus movimientos influyen más en el resultado final.
¿Tanto afecta la forma de calcular índices bursátiles a su evolución?
Lo cierto es que sí. Dependiendo del método de medición elegido, los índices bursátiles se pueden comportar de manera diferente aun cuando las acciones se comporten igual. Incluso podrían subir según un método de cálculo y bajar con otro.
Nada como un ejemplo para terminar de entenderlo. Imagina un índice compuesto por tres valores con los siguientes datos iniciales.
Número de acciones | Precio por acción | Valor total en bolsa | |
Empresa A | 10.000 | 10 € | 100.000 € |
Empresa B | 5000 | 4 € | 20.000 € |
Empresa C | 500 | 7 € | 3.500 € |
La valoración total del índice sería de 123.500 € (la suma del valor de todas las empresas), mientras que el precio medio de la acción sería de 7 €.
Ahora imaginemos que tras el primer mes de cotización la evolución de los títulos es la siguiente:
Subida en bolsa | Nuevo precio por acción | Valor total en bolsa | |
Empresa A | 1 % | 10,1 € | 101.000 € |
Empresa B | 0,5 % | 4,02 € | 20.100 € |
Empresa C | -10 % | 6,30 € | 3.150 € |
En total la valoración del índice sumaría 124.250 €, mientras que el precio medio de la acción sería de 6,81 €
¿Cómo reflejarían estos movimientos un índice ponderado y otro no ponderado?
En el caso de un índice ponderado, la subida sería del 0,61 % (es lo que ha subido la valoración total del índice), mientras que un índice no ponderado habría bajado un 2,71 % (es lo que ha bajado el precio medio de la acción)
Como puedes ver, los resultados son sustancialmente diferentes. Eso es porque en los índices no ponderados no se tiene en cuenta el peso de las empresas, solo el precio al que cotizan sus acciones.
Fuente: https://www.ennaranja.com/inversores/bolsa/indices-bursatiles-como-se-miden/